A los 83 años de edad, fallece el actor Gene Wilder. Vamos a recordar parte de su legado más allá del personaje de Willy Wonka, que tan famoso lo volvió.

El día de hoy, a través de la agencia de noticias AP, se dio a conocer la muerte de Jerome Silberman, mejor conocido por muchos por su nombre artístico de Gene Wilder. Ésta aconteció el día de ayer, a sus 83 años de edad y como consecuencia de complicaciones con el Alzheimer que padecía desde hace tiempo. Es una pena perder un cómico de su calibre, que en los 70 y 80 nos deleitó con muchas de sus películas.

Sin embargo, en los últimos años muchos conocían únicamente a Gene Wilder por su papel de Willy Wonka en la versión de 1971 de Willy Wonka y la fábrica de chocolates. Una imagen de él era ampliamente usada para hacer memes, adornándola con frases graciosas, irónicas y satíricas. Pero el legado que deja este actor es mucho más amplio de lo que algunos piensan.

Seré sincero: tiene mucho tiempo que no veo una cinta de él. Tampoco fui fan del papel por el que muchos lo recuerdan. Es quizá por eso mismo que recuerdo mejor sus otros papeles, porque fueron sus otras películas las que precisamente alegraron mi infancia. Me refiero a Un comisario de película (1974), a lado de Cleavon Little (q.e.p.d.); El rabino y el pistolero (1979), con Harrison Ford; o La mujer de rojo (1984), Sordos, ciegos y locos (1989) y Uno miente, el otro engaña (1991).

Estas dos últimas destacaron también por su colaboración con el desaparecido actor afroamericano Richard Pryor. El dúo cómico formado por ambos fue una de las cosas más graciosas que he visto. Es una lástima que dicha sociedad no hubiera durado más. Al menos esas son las cintas de él de las que guardo un mejor recuerdo, ya que son bastante disfrutables.

Pero así como él fue desapareciendo poco a poco de escena, así lo hicieron también muchas de sus películas. Sin duda es una pena, en especial aquellas que corresponden a su época con Mel Brooks. Para muchos, El joven Frankenstein es un clásico de la comedia imperecedero. Ojalá que con su muerte los canales de televisión abierta o de paga vuelvan a pasar varias de sus más queridas cintas.

Al menos para recordar que Gene Wilder siempre fue mucho más que una imagen graciosa en redes sociales. Gracias por todo, Jerome. En especial por las sonrisas, risas y carcajadas que nos diste por tantos años.

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