El Senado de la República aprobó un dictamen por medio del cual la Secretaría de Gobernación (SEGOB) clasificará los videojuegos en México.

A través de un comunicado emitido por el Senado de la República se dio a conocer que, con 84 votos a favor y una abstención, un dictamen que propone reformar las Leyes Orgánica de la Administración Pública Federal y General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Esto permitirá que la SEGOB (Secretaría de Gobernación) tenga la facultad de clasificar los videojuegos en México.

Supuestamente esto tiene como objetivo que esta entidad pueda “vigilar que el contenido de los videojuegos se mantenga dentro de los límites de respeto a la vida privada, a la paz y a la moral pública, a la dignidad personal y al interés superior de la niñez y no ataque los derechos de terceros”. Siendo sincero, a mi lo único que me parece es un simple pretexto para “burocratizar” de más este proceso, afectando de paso a los consumidores.

La senadora Cristina Díaz Salazar, presidenta de la Comisión de Gobernación, dijo “que el dictamen tiene como propósito vigilar el contenido de los videojuegos, como una medida que contribuya a proteger el interés superior de la niñez”. No sé si creérmelo o no, ya que actualmente existe un sistema de clasificación perfectamente funcional, el ESRB, que permite diferenciar los juegos destinados a los niños de los del público adulto.

Sin embargo, parece ser que nuestros senadores piensan que es necesario contar con un sistema propio, diferente del antes mencionado, que es originario de Estados Unidos, o del que se maneja en Europa (PEGI). Forzosamente quiere que se aplique una clasificación de los videojuegos en México, como si el crearlo en nuestro país garantizara que fuera infalible o a prueba de errores.

¿No sería más fácil explicar cómo funciona el actual, o simplemente traducir al español sus lineamientos? Creo que sería mucho más práctico, y no habría necesidad alguna de recurrir a trámites burocráticos que alentarían la localización de videojuegos en México. Además, esta idea suena muy bonita en el papel, pero… ¿cómo se aplicará en la infinidad de títulos digitales que existen en multitud de servicios?

El senador Carlos Puente Salas, del grupo parlamentario del Partido Verde, señala que “se pretende dar facultades a la SEGOB para que realice las clasificaciones y que éstas se encuentren en el producto, en nuestro idioma, y que todos los mexicanos puedan tener claro qué artículo le están comprando a los niños”. Nuevamente… ¿no es mejor basarse en el ESRB y simplemente traducir las descripciones que maneja?

¿Qué seguirá después? ¿Usar un sistema de pesos y medidas “nacional”, simplemente porque el que usamos se originó en el extranjero? Porque así como veo las cosas, crear algo así solo complica algo que lleva ya funcionando desde hace un tiempo, pero que no se aplica como debe ser. ¿Y quién acabará pagando esto? ¡Pues los contribuyentes con sus impuestos! A que “ideotas” de nuestros senadores.

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