Este lunes se reveló el fallecimiento de Óscar González Loyo, creador de Karmatrón y los Transformables, y cofundador de ¡Ka-Boom! Estudio.

Por lo general suele enfocarme en noticias de manga y anime, y toco muy pocas veces el mundo del cómic occidental. Pero de vez en cuando hago una excepción, y eso es para compartir una triste noticia. Este lunes se dio a conocer la muerte del historietista mexicano Óscar González Loyo a sus 61 años. Él es conocido más que nada por su trabajo con la historieta de Karmatrón y los Transformables, una de las obras más reconocidas de México.

Su fallecimiento se registró el pasado domingo 7 de febrero, debido a complicaciones con su salud. Quienes lo han seguido a través de sus redes sociales sabrán que él tenía ciertos padecimientos, pero de todas maneras siempre salía adelante. Para muchas personas, Óscar hizo historia con su obra, la cual tenía varias fuentes de inspiración. Algunas de ellas de series clásicas oriundas de Japón, como Mazinger Z y Ultraman, pero otras más modernas.

Karmatrón y los Transformables hizo historia en México

Por ejemplo, la idea de robots capaces de transformarse y que agregó a los Guerreros Estelares de Karmatrón y los Transformables fue tomada de Transformers. Eso debido a las presiones de su editor, que pensó que dicho concepto, que se hizo famoso a mediados de los 80 en México, obraría a su favor. Ciertamente, llamó mucho la atención en su tiempo. Pero este autor también añadió una dosis de elementos metafísicos y filosóficos a su obra.

En esta historieta de Óscar González Loyo se mezclaron ideas del budismo y taoísmo con su creencia acerca de visitantes extraterrestres en el pasado de la Tierra, así como diversas ideas científicas. Esa mezcla de conceptos, tan diferentes en su tiempo de otras propuestas, encantó a toda una generación de lectores. Óscar fue también uno de los fundadores de ¡Ka-Boom! Estudio, y antes de Karmatrón, trabajó en otros cómics de origen mexicano.

Óscar González Loyo, soñador incansable y trabajador

Entre ellos Las Aventuras de Parchís y Katy la Oruga. También realizó algunas de las portadas de Las Aventuras de Capulina, los clásicos “Capulinita” que algunos fans guardan como un tesoro. En los años 90 se encargó del diseño de personajes de las secuencias animadas de Plaza Sésamo en México, y más tarde, se unió a Bongo Comics. Ahí trabajó en los cómics de Los Simpson. Fue en esa etapa de su carrera que ganó un galardón muy importante.

Al lado de Jill Thompson, Steve Steere Jr., Scott Shaw, Sergio Aragonés y Doug TenNapel, Óscar obtuvo el ansiado Premio Eisner. Eso fue por Bart Simpson’s Treehouse of Horror #5, y fue el primer artista mexicano en conseguirlo. Infortunadamente, y a pesar de sus esfuerzos, su labor cayó en la oscuridad. Recibió muchas críticas por la forma en que manejaba su equipo. También padeció de problemas económicos, pero siguió adelante.

Como lector de Karmatrón y los Transformables, es una pena escuchar acerca de su muerte. A través de su cuenta en Facebook se compartió el mensaje que pueden ver en esa misma nota. Aquí si aplica el término de adiós a un gran soñador. Ojalá de que de alguna manera su obra siga persistiendo, y que aquellos que aprendieron de él saquen provecho de sus enseñanzas.

Resignación para todos quienes alguna vez recitaron om mani padme hum La’ yume’ num t’ox muk’ il in ti’al cuando eran unos niños. Óscar ya es uno con el Gran Espíritu.

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