Como otras creaciones de Guillermo del Toro, The Strain no deja indiferente a nadie. ¡Éstos son vampiros, no hadas que brillan a la luz del sol!

Si hay algo que disfruto en especial, es una buena historia de vampiros, ya sea en la forma de miniseries como La Noche del Vampiro (1979), basado en la novela Salem’s Lot de Stephen King, o en películas como Los muchachos perdidos (1987), Drácula, de Bram Stoker (1992) o 30 días de noche (2007). Tampoco puedo apartarme cuando estos seres de ultratumba se mezclan con la ciencia ficción, como en el caso de Lifeforce (1985)

Sin embargo, en los últimos años he sentido que el terror que inspiran estas criaturas ha disminuido sensiblemente, y hasta los han “ablandado” demasiado. Es por eso que cuando me enteré de la nueva serie para televisión de Guillermo del Toro, The Strain, que se estrenó en julio del año pasado, no pude reprimir mi entusiasmo. Hasta ahora ninguna de sus creaciones me ha decepcionado y por suerte, esta tampoco lo fue.

Uno de los aspectos mas cuidados de The Strain es el manejo del misterio, en especial en el inicio de su primera temporada.

Debo decir que la idea de los vampiros (strigoi en la serie) manejada por del Toro y Chuck Hogan me agradó. Ambos autores decidieron darle un origen más o menos creíble a estas criaturas, pero sin arrebatarles en modo alguno su misticismo y casi infinita malevolencia. Como tal, The Strain está basado en una trilogía de novelas que nos plasma un terrible escenario.

La gran manzana podrida hasta sus cimientos

A pesar de que New York está al borde la ruina debido a la invasión de estas criaturas de la noche, los intereses mezquinos de unos cuantos, la ambición desmedida y la aplicación de la máxima “el fin justifica los medios” tienen a la humanidad en la antesala de la extinción. Dicha combinación de factores es lo que hacen mas aterradora a The Strain, que refleja a nuestra época actual.

Es en este marco que aparecen los “héroes” que enfrentarán la amenaza de El Amo (The Master) y sus hordas. Cada uno con sus propios vicios y virtudes, como el anciano y a veces fanático profesor Abraham Setrakian (David Bradley); el Dr. Ephraim “Eph” Goodweather (Corey Stoll), con sus problemas familiares y de alcoholismo; Vasiliy Fet (Kevin Durand), el cazador de ratas aficionado a hacer explotar las cosas, así como otros más.

Los guiños a la cultura mexicana por parte de del Toro son muy notorios. Uno de los que más me gustó fue el velado homenaje a El Santo, “El Enmascarado de Plata”.

Fet sin duda es mi personaje favorito debido al cinismo y humor con que aborda las cosas, pero quien merece una mención especial es Augustin Elizalde (Miguel Gomez). A pesar de ser un delincuente y meterse en líos por sus mismos errores, da la impresión de que no todo es culpa suya. Ocasionalmente quiere hacer las cosas de la forma correcta, pero las circunstancias acaban llevándolo al camino donde menos quiere.

Todos contra todos en un mundo que se cae a pedazos.

Algo por lo que destaca The Strain es por la forma en que se desenvuelve su trama. Los momentos de acción se entremezclan con el drama y la tragedia, pero dejando un poco de espacio para el humor negro y situaciones mas relajadas, algo típico en las producciones de Guillermo del Toro. Es complicado no encariñarse con los personajes, y cuando uno de ellos dice adiós para siempre, en verdad se le echa de menos

Si hubiera dos bandos definidos en The Strain, las cosas serian demasiado fáciles, pero por suerte no es así. A cada rato los protagonistas verán entorpecida su labor por las diversas facciones inmiscuidas, que van desde las propias autoridades que no saben la magnitud del problema, hasta hombres poderosos que pretenden sacar provecho de la situación o grupos que acechan en la oscuridad.

El empleo de la retrospectiva está bien aplicado, y no se siente en modo alguno tedioso como en series que recurren en exceso a éste.

Nada es seguro en The Strain; el aliado de una noche puede volverse en el enemigo al otro día, en un escenario donde los strigoi continúan expandiéndose de forma por demás inexorable. Mientras los humanos continúan con sus rencillas personales y sus propios problemas, las legiones siguen avanzando. Se muy bien que a estas alturas, muchos han de conocer el desenlace de esta historia.

Sin spoilers, por favor: prefiero no conocer los detalles.

Pero eso es algo de lo que prefiero no enterarme. Solo de esa manera podre disfrutar de una forma plena este auténtico regalo de parte de Guillermo del Toro y Chuck Hogan. Ellos son lo que les han regresado en parte su dignidad a estos terribles seres de pesadilla, cuya existencia ha sido narrada a lo largo de relatos de infinidad de culturas y tradiciones.

El final de la segunda temporada fue sin duda apoteósico, pero deja un sabor agridulce debido a los hechos y cosas que pasaron. Pero a eso es lo que se arriesga uno al ver The Strain. No es un cuento de hadas ni una película de acción donde los “chicos buenos” siempre ganan. Es una verdadera saga donde las cosas no solo no salen bien, sino que empeoran momento a momento.

Se nota cuando hay un buen presupuesto para armar una serie y eso es algo de lo que se beneficia The Strain. Pero lo mejor es que cada giro en la trama no decepciona.

Espero que de verdad siga por el buen camino, pero de eso solo nos enteraremos hasta el 2016. Si no la han visto todavía, se las recomiendo ampliamente. Es uno de los productos mas logrados por parte de FX en los últimos tiempos, y si son fans de los vampiros, ¿por que no están viéndola todavía?

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