Quienes participaron en el desarrollo de The Legend of Zelda: Breath of the Wild sintió como si Satoru Iwata velara por ellos y su trabajo.

Hidemaro Fujibayashi sigue dando declaraciones respecto al desarrollo de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Esta vez fue en una plática con The New Yorker, donde también estaban otros integrantes del equipo detrás de este título. Se habló de diversos temas, pero uno de ellos tuvo que ver con el desaparecido presidente de Nintendo, Satoru Iwata.

Quien inició hablando acerca de eso fue el director técnico de este título, Takuhiro Dohta. “Muchas veces en el proceso, hubieron cosas que solo no estaban funcionando”, comentó, agregando después “tuvimos que remover todo y construirlo de nuevo”. Me imagino que se refiere a la labor de quitar las funciones táctiles del GamePad, proceso que no fue tan fácil como se esperaba.

Había algo de temor de “rasgar” el proyecto, que al menos en parte pertenecía al diseñador Shigeru Miyamoto. Entonces, a la mitad del proceso de desarrollo, Satoru Iwata falleció de forma inesperada. “Cuando murió, hubo momentos en que nosotros llegábamos con una idea de la cual estábamos excitados de hablar con él”, revela Fujibayashi. Pero entonces recordaban que ya no estaba con ellos.

Miyamoto le comentó a Hidemaro Fujibayashi que eso mismo le pasaba. El creador de Mario y Link se le ocurría algo el fin de semana, y se sentía emocionado por hablar con Satoru Iwata el lunes, solamente para acordarse que no podría hacerlo. La tristeza invadía a todos por la ausencia de a quien muchos veían como un maestro, mentor e incluso amigo.

No por nada fue una persona extraordinaria. “Esto está aproximándose a una charla espiritual, pero teníamos el sentimiento de que él estaba observando sobre nuestro trabajo”, declara Fujibayashi. “Eso se volvió una fuente de motivación, un impulso para que pudiéramos mejorar y ser mejores”, señala atinadamente. Increíble ver que aún después de muerto, Iwata sigue motivando a sus anteriores subordinados.

Ya quisieran otros dejar una huella tan honda como la que Satoru Iwata dejó en la vida de muchas personas.

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