Chain Chomps montados en Koopa Clown Cars y alargadas Fire Bars serán son solo ejemplos de los retos de Super Mario Maker.

Consola: Wii U
Género: Editor de Niveles/Plataformas
Publica: Nintendo
Desarrolla: Nintendo EAD Group No. 4
Jugadores: 1
Lanzamiento: 11 de septiembre del 2015

Siendo justos, la idea detrás de Super Mario Maker no es del todo nueva. Desde hace años, aficionados a la programación se dieron a la tarea de jugar con el código de los juegos del plomero italiano, creando por iniciativa propia títulos no autorizados o hasta uno que otro editor de niveles.

“Enséñale a crear un nivel y creará por siempre”

Por lo general, este software quedaba relegado a PC como una curiosidad entre círculos de entusiastas o como material para videos en YouTube. Entonces, ¿en qué son diferentes estos intentos a lo hecho por Nintendo? En aspectos clave de cara al público: no solo este “juego-herramienta” es un producto oficial, sino que destaca por su sencilla curva de aprendizaje y amabilidad con el usuario.

Eso último es una de las grandes fortalezas de Super Mario Maker, que desde un inicio nos deja crear nuestros propios niveles de forma amena y sencilla. La interfaz que usa es muy amigable, y aprovecha de manera plena la pantalla táctil del GamePad, dándole su merecido lugar a este periférico.

Super Mario Maker trae varios extras, como caparazones de Spinnies o Buzzy Beetles como cascos, enemigos apilados, botas entaconadas o plomeros “larguiruchos”.

Con el stylus es sencillo colocar los elementos de cada nivel, desde un simple enemigo hasta tuberías, cañones, nubes, secciones de piso, obstáculos, trampas y mil cosas más. Dependiendo del tipo de objeto que sea, podemos crear formas alternas. Por ejemplo: ¿quieres poner un Koopa Troopa rojo, pero solo hay de color verde?

La imaginación es nuestra única frontera

¡Nada más sencillo! Toma uno de ellos, agítalo y… ¡ya está! ¿Deseas ponerle alas? Selecciona dicho extra del menú y agrégaselo. Con esta regla podemos crear combinaciones muy locas, como Bloopers o Rocky Wrenches alados. También podemos “mezclar” enemigos y hacerlos más mortales. Hey, ese Goomba es fácil de aplastar. ¿Y si le ponemos una Piranha Plant en la cabeza? Esto aplica también a elementos estáticos.

Este tipo de personalización hace que Super Mario Maker deje salir nuestro lado más sádico y despiadado, dejándonos crear niveles infernales repletos de Thwomps despeñándose; Bullet Bills teledirigidos; oleadas de Lava Bubbles; y campos casi intermitentes de Munchers mordelones. Sin embargo, también hay una condición: cualquier nivel que hagamos debe ser resuelto por nosotros mismos.

Esto se enlaza con otro de los grandes aspectos de esta herramienta: su carácter social, ya que somos capaces de subir nuestros niveles a los servidores de la Gran N. Ahí serán evaluados por los jugadores, quienes nos dejaran comentarios en Miiverse, votarán por ellos y seleccionarán los mejores. Es factible descargar, analizar y hacerles modificaciones a creaciones de terceros.

El manejo de la física del juego es impresionante. Es posible crear niveles que se juegan solos, sin intervención alguna de nuestra parte.

Precisamente los niveles creados por los propios usuarios nutren uno de los modos disponibles de Super Mario Maker: 100 Mario Challengue. Aquí nos regalan hasta un centenar de vidas, con las que debemos jugar una serie de cursos elegidos al azar. Hay tres niveles de dificultad que determinan que tan desafiantes serán los recorridos a encarar.

¿Quieres tener todo? ¡Lucha por ello!

Esta modalidad se asocia con otra característica: el uso o no de los populares amiibo. Aunque es factible elegir la apariencia y mecánica de Super Mario Bros., Super Mario Bros. 3, Super Mario World y New Super Mario Bros. U, solo del primero obtenemos versiones en sprites de 8-bit de los personajes representados en estas estatuillas.

Están tanto los creados por Nintendo y sus estudios aliados, como los de terceros como Mega Man, Pac-Man o Sonic the Hedgehog. Pero, ¿cómo? ¿Necesito forzosamente la figura del personaje que quiero para desbloquear su skin para Mario? ¡Nintendo, eres diabólico! En realidad, no es así: cada que juguemos 100 Mario Challenge, conseguiremos un disfraz como recompensa. Hay varios que ni siquiera están relacionados con los amiibo.

Otra opción incluida es incorporar efectos de sonido, lo que le da mucho mayor vida a nuestras creaciones, o hasta dejarnos grabar los nuestros.

El contenido desbloqueable nos entretendrá por un buen rato. El manual digital incluido y los más de 60 niveles de muestra incluidos en la versión reducida de 10 Mario Challenge, una versión reducida del que mencioné antes, marcan la pauta de nuestra creatividad. La opción de emplear diversos efectos especiales y hasta grabar sonidos es bienvenida.

Super Mario Maker es bueno, pero todavía puede mejorar

Si bien este nuevo título del fontanero es excelente, hay cosas que pueden pulirse. Hace falta más opciones de personalización, y aunque es posible componer tonadas musicales empleando los Music Blocks, un completo editor de música habría sido idea. Además, no todos los elementos presentes en los juegos representados vienen incluidos, como los delfines de Super Mario World o el sol de Super Mario Bros. 3, solo por citar un par de ejemplos.

Es de agradecerse que Nintendo haya tomado cartas en el asunto, y corregido el mismo día de lanzamiento el problema del desbloqueo paulatino de contenido. Se entiende que deseaba que los jugadores se familiarizaran con las herramientas básicas, pero no todos tienen el tiempo para jugar de forma constante.

Cualquiera puede hacer un nivel en el juego, pero el que esté bien diseñado es un asunto muy diferente.

Sin embargo, estas problemáticas en modo alguno impiden que Super Mario Maker no sea una puerta abierta a la imaginación, con rejugabilidad infinita. Aunque está pensado para los que gustan de crear y compartir, quien solo desee pasar un buen rato puede disfrutarlo. Siempre tendrá multitud de nuevos y retadores niveles de la comunidad mundial, que explorarán recovecos de fantasía que ni los diseñadores Shigeru Miyamoto y Takashi Tezuka siquiera han soñado.

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