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The Legend of Zelda – 30 años de diversión y entretenimiento

Este 21 de febrero se cumplen tres décadas de existencia de The Legend of Zelda. Sumerjámonos en el pasado de una de las más grandes series de Nintendo.

En una industria en la que las compañías o las mismas series nacen y mueren en una misma generación, el que una franquicia como The Legend of Zelda siga manteniéndose en el gusto de los jugadores por tanto tiempo es todo un logro, y muchos más después de tres décadas. Si bien los japoneses se adelantaron para celebrar el trigésimo aniversario de la serie debido a la diferencia horaria, eso carece de importancia; la intención es lo que cuenta.

The Legend of Zelda

“It’s dangerous to go alone! Take this”

Hoy 21 de febrero, pero hace 30 años, vio la luz el primer juego de la saga del Héroe de Hyrule, The Legend of Zelda (1986), en el humilde Famicom Disk System. Nacido de la fértil mente del diseñador japonés Shigeru Miyamoto, que lo concibió con base a vivencias de su propia infancia, este título se convirtió con el tiempo en claro referente y máximo exponente de su género, el de acción aventura.

Sino fuera por la cronología que acompaña a Hyrule Historia, todavía seguiríamos arrancándonos los cabellos acerca de las diversas líneas temporales de serie.

Quizá lo más genial respecto a The Legend of Zelda como serie es que a lo largo de su historia, siempre ha experimentando cambios. Aunque su bases se ha mantenido más o menos constantes, cada entrega siempre tiene algo nuevo que ofrecer a los jugadores. Cierto, no todas las innovaciones han recibido la misma recepción, pero el esfuerzo de parte de los creativos de la compañía ha estado muy presente.

Tan solo yéndonos al origen de la franquicia, el segundo juego de la saga, Zelda II: The Adventure of Link (1987), fue muy diferente a su predecesor. En lugar de manejarnos una perspectiva desde arriba, prefirió mostrarnos una de lado, y un reto más elaborado que su antecesor inmediato. A pesar de su gran éxito, no convenció del todo a un sector de los fans.

The Legend of Zelda: A Link to the Past

El gran salto de los sprites a los polígonos

No obstante, estos últimos quedaron bastante contentos ante el arribo de una de las más preciosas gemas que nos heredó el Super Nintendo, The Legend of Zelda: A Link to the Past (1991), que innovó con la idea de los mundos paralelos, el Light World y Dark World. Lo mejor de aquellos años es que Nintendo, a diferencia de otras compañías, siempre ha prestado especial atención no solo a sus consolas caseras, sino también a sus portátiles.

A lo largo del tiempo, múltiples juegos de la serie han sido adaptados para el disfrute de las nuevas generaciones. El próximo 4 de marzo sucederá lo mismo con Twilight Princess en Wii U.

Dos años después, en 1993, nos deleitó con el lanzamiento de The Legend of Zelda: Link’s Awakening, uno de los más grandes juegos del venerable Game Boy, y quizá, uno de los más emotivos de este sistema. Fue hasta el N64 que la serie dio un auténtico salto de gigante, con uno de los parteaguas de los juegos 3D: The Legend of Zelda: Ocarina of Time (1998), clásico inmortal que sigue siendo una cátedra de buen diseño en un videojuego.

Su sucesor, The Legend of Zelda: Majora’s Mask (2000), recibió también una enorme cantidad de elogios. No solo por su temática más oscura, sino por la idea de la mecánica de regresar en el tiempo una y otra vez para resolver los enigmas del misterioso mundo de Termina. Los años que siguieron, Nintendo siguió expandiendo la serie y experimentando.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time

El mágico cambio entre las estaciones

Junto con Capcom y Flagship, creó The Legend of Zelda: Oracle of Seasons y Oracle of Ages en el 2001 en el GBC, que destacaron por su mecánica de juego basada en las estaciones del año. En el 2002, la Gran N agregó el concepto del juego multijugador a la franquicia, con A Link to the Past and Four Swords en el Game Boy Advance.

Como cualquier franquicia que se precie de serlo, The Legend of Zelda ha tenido sus spin-offs. Algunos completamente olvidables, como la trilogía en CD-i, y otros más curiosos, como la serie de juegos de Tingle.

Esta mecánica volvió a retomarla, pero esta vez en Four Swords Adventures en el GameCube dos años después. Pero antes de eso, Nintendo volvió a arriesgarlo todo, esta vez con The Legend of Zelda: The Wind Waker. Si bien el juego retenía muchos de lo que hace grande a la serie, su diseño de personajes y estética no convencieron del todo a algunas personas.

Pero la compañía se mantuvo firme y conservó a quien muchos llamaron despectivamente “Powerpuff Link”, aprovechándolo en aventuras que llegaron años después. Fue en el 2004 que apareció un juego muy especial, resultado nuevamente de la colaboración entre Nintendo y Capcom: The Legend of Zelda: The Minish Cap en el GBA, otro de los grandes títulos portátiles de la saga que empleaba el concepto de aumentar y disminuir el tamaño de Link.

The Legend of Zelda: Twilight Princess

Conociendo a la Princesa del Crepúsculo

Sería hasta el 2006 que la serie retornaría a consolas. Pero esta vez fue por partida doble, ya que The Legend of Zelda: Twilight Princess hizo su debut triunfal tanto en el GameCube como Wii. Aunque semejante a sus dignos ancestros, Ocarina of Time y Majora’s Mask, tuvo sus propias aportaciones. No solo podíamos transformar a Link en lobo y tener la ayuda de Midna, variando agradablemente la jugabilidad, sino que en una de sus versiones aprovechó la detección de movimiento.

A lo largo de los años, Link ha viajado más allá de Hyrule, recorriendo desde otras mágicas y distantes tierras perdidas entre dimensiones a mundos entre la vigilia y el sueño.

Aunque esta opción distaba de ser perfecta, muchos quedaron prendados con ella. Era la primera vez que podíamos experimentar lo que hacía Link, quien mimetizaba lo mejor posible nuestros movimientos, un momento que mágico y singular. En los años sucesivos, Nintendo decidió darle seguimiento a la línea temporal de The Wind Waker, con Phantom Hourglass (2007) y Spirit Tracks (2009).

Quizá no fueron entregas tan brillantes como otros juegos portátiles de la serie, pero al menos nos entretuvieron mucho. También buscaron innovar en ciertos aspectos, especialmente en lo que se refiere al aprovechamiento de la pantalla táctil del NDS y su micrófono, amén de otras mecánicas. Fue hasta el 2011 que la franquicia retornó a las consolas caseras, con uno de los últimos grandes juegos para Wii.

The Legend of Zelda: Skyward Sword

El origen del mal y la historia del primer héroe

Desde luego, me refiero a The Legend of Zelda: Skyward Sword, esta vez con la tecnología de detección de movimiento perfeccionada gracias al empleo del Wii Remote Plus, y con un diseño que dejaba un poco de lado el mundo abierto para concentrarse en zonas que daban la impresión de ser calabozos dentro de calabozos. Nuevamente Nintendo decidió arriesgarse, dividiendo a su base de fans con estas ideas.

La Master Sword, la única arma capaz de aniquilar al mal, es la maldición y la bendición del héroe. A lo largo de los abismos del tiempo, solo el elegido podrá blandirla.

En el 2013, la Gran N nos deleitó con un nostálgico retorno al pasado, en la forma de The Legend of Zelda: A Link Between Worlds en el N3DS, digno heredero del legado de A Link to the Past. Cuando se llegó a pensar que la compañía dejaría en el olvido el diseño clásico de la serie, nos dio la sorpresa de revivir el concepto con el que muchos la conocieron en el pasado antes del arribo de los gráficos tridimensionales.

Obvio, algo nuevo tenía que tener, esta vez con el concepto de pegarnos a los muros para variar la jugabilidad. En el 2015 Nintendo volvió a retomar la ruta del modo multijugador, con The Legend of Zelda: Tri Force Heroes. Un título muy divertido y que no se toma nada en serio, ni siquiera él mismo. Como tal, un descanso para el Héroe de Hyrule entre una aventura y otra.

The Legend of Zelda para Wii U

Cada generación debe tener su propia leyenda

Este 2016 no solo es importante por que se cumplen los 30 años de la serie. También lo es porque volveremos a darle un vistazo a su futuro, en la forma de The Legend of Zelda para Wii U. ¿Qué innovaciones tendrá? ¿Cómo será recibido? ¿Será tan polémico como en su tiempo lo fueron The Adventure of Link, The Wind Waker o Skyward Sword? ¿Ó recibirá la aclamación casi unánime que tuvieron A Link to the Past u Ocarina of Time?

A estas alturas, no podemos aventurar nada. Sin embargo, hay algo que sí nos debe de quedar muy claro. Si bien Miyamoto tiene todo el crédito de crear la franquicia, su labor habría sido imposible sin el apoyo de muchas otras personas. En especial, de su compañero y amigo, Takashi Tezuka, que con sus ideas y consejos supo pulir las ideas sin depurar de este bien conocido diseñador.

¿Valdría la pena tener en cuenta a Hyrule Warriors? Sí, es otro spin-off, pero no podemos decir que su historia sea mala. Por sí sola es entretenida y quizá valga la pena retomar algunas de sus ideas.

Tampoco es posible olvidar a Eiji Aonuma, actual productor de la franquicia, y otras talentosas personas que han aportado su “granito de arena” para crear esta saga. Personalidades como los diseñadores Kensuke Tanabe, Yoshiaki Koizumi, Hidemaro Fujibayashi y Hiromasa Shikata, así como compositores como el maestro Koji Kondo y sus colegas Toru Minegishi y Ryo Nagamatsu.

Sin el apoyo de ellos y muchos más, sería imposible concebirla por lo que es actualmente. Esperemos que sigan dando todo de sí, para que las siguientes generaciones puedan disfrutar de esta grandiosa saga y conocer las aventuras del Héroe de Hyrule y sus amigos a lo largo de las eras en sus múltiples encarnaciones. ¡Que siempre exista The Legend of Zelda!

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