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Conmemorando los 30 años del anime de Dragon Ball

Conmemorando los 30 años del anime de Dragon Ball

Fue precisamente el 26 de febrero del 1986 que el primer capítulo del anime de Dragon Ball se transmitió en Japón. Vamos a recordar como inició todo.

Hoy, pero tres décadas atrás, vio la luz en Japón una de las mejores series de anime de todos los tiempos. Obviamente, me refiero al original anime de Dragon Ball, basado en el manga del mismo nombre creado por Akira Toriyama en 1984. Era el inicio de la jornada de un niño inocente, el pequeño Goku, que junto con la caprichosa Bulma empezaron un viaje en busca de las Esferas del Dragón.

El camino para convertirse en el mejor

Conforme avanzaron en su larga jornada, fueron conociendo a otros personajes, como Yamcha y Puar, el pervertido cerdito Oolong, Krilin, Ox Satan y su hija Milk, así como el viejo rabo verde del Maestro Roshi. Pero además de ellos, Goku también enfrentó a enemigos como el Jefe Conejo, el “Rey Marciano” Pilaf, la Patrulla Roja y sus altos mandos, Tao Pai Pai, Ten Shin Han y Chaoz (en un principio)… así como el peor de todos ellos.

Como otras series, el anime de Dragon Ball también fue víctima de la censura. Hubo versiones en que hasta censuraron… ¡un piquete de ojos!

Sí, el temible Piccoro Daimaku (Piccolo Daimaō). Si bien Akira Toriyama se inspiró mucho en la clásica novela china de Viaje al Oeste de 1590 para dar vida a Dragon Ball, mucho del contenido de su obra tiene el mérito de ser enteramente original. Como tal, el anime de Dragon Ball influyó notablemente en las siguientes generaciones y tuvo un enorme impacto no solo en Japón, sino a nivel mundial.

Tuvo tanto éxito, que la historia continuó en su sucesora, Dragon Ball Z, y a pesar de la renuencia de Toriyama de seguir adelante con la franquicia, vimos el surgimiento de Dragon Ball GT. Esta última, creada por iniciativa de Toei Animation, desde hace tiempo cayó en el descrédito y fuera del canon oficial, siendo sustituida por la actual Dragon Ball Super, que narra los hechos verdaderos después de las grandes batallas de los Guerreros Z.

Pidiéndole calzones y vidas a Shen Long

Sin embargo, y a pesar de los años, siento que la serie original es la que ha envejecido mejor con el transcurrir del tiempo. El balance entre la acción y el humor manejado en la primera aventura de Goku es algo difícil de repetir. Sí, Z es buena, pero a diferencia de su antecesora, tiene un relleno que cuando lo vuelves a ver te preguntas “¿cómo rayos fue que me tragué toda esa basura de capítulos?”.

Es irónico que de todos los villanos de Dragon Ball, Pilaf haya logrado mantenerse vivo a lo largo de toda la franquicia… ¡y hasta rejuveneció junto con sus cómplices!

Quizá el mayor ofensor en ese sentido haya sido la batalla entre Goku y Freezer. En contraste, no recuerdo haberme aburrido de la misma forma con el anime de Dragon Ball. Hasta el capítulo más simple tenía momentos inolvidables, como Goku dándose cuenta que las chicas son distintas de los chicos, él y Krilin entregando pedidos de leche, Yamcha sufriendo de su temor a las mujeres, Oolong convirtiéndose en Bulma regordeta, Roshi y sus programas de aerobics, Launch estornudando, Tao Pai Pai volando en el tronco de un árbol y varios otros más.

En fin, son demasiados buenos recuerdos como para ponerlos todos en este artículo. Igualmente las batallas eran geniales. Sí, no estaban al nivel de lo que veríamos en Z, pero de todas maneras eran bastante buenas. Incluso puedo decir que respecto a temas musicales, me siguen gustando más los de Dragon Ball que los de sus sucesores. Su opening y ending son geniales, pero el tema de la Patrulla Roja antes de su destrucción está a otro nivel.

La derrota se vuelve la semilla de la victoria

Obviamente, tampoco puedo dejar fuera de esto las distintas ediciones del Gran Torneo de las Artes Marciales. Sin duda estos eventos ayudaron mucho para ver el crecimiento tanto en fuerza como experiencia de Goku, un personaje que vimos desarrollarse y convertirse en lo que ahora es, un amoroso aunque desobligado padre de familia fanático de entrenar y buscar peleadores a su nivel.

Si bien la animación de Dragon Ball no es la mejor actualmente, se nota mucho el trabajo que se le aplicó en su tiempo. Que se vea mejor que la de Super en algunas ocasiones es vergonzoso.

Quizá por los buenos recuerdos que tengo de esta serie y de Z, es que no puedo digerir del todo lo que Toei Animation está haciendo con Dragon Ball Super. No es nada más porque esté repitiendo las dos películas publicadas antes de esta última serie, sino que el humor o las situaciones, son… meh. No les encuentro chiste la mayor parte del tiempo; les falta la gracia e inocencia natural que tenía el anime de Dragon Ball desde sus inicios.

Tal vez se deba al cambio generacional, pero siento que el espíritu de la primera serie no ha podido ser retomado en estos tiempos. Lo único que se le parece pero de una forma un poco más alocada (algunos dirían infantil) es el anime de Dr. Slump (1981). Obvio, también es una obra de Akira Toriyama, pero esa es una impresión que a lo largo del tiempo se ha hecho más fuerte en mí.

México, país donde Dragon Ball hizo historia

Se muy bien que hay gente que no disfruta tanto de las aventuras de Arale, pero siento que el primer anime de Dragon Ball tenía muchos puntos en común con esta serie. Si recuerdo bien, hasta hubo un crossover entre ambas y da la impresión que los dos mundos podían convivir entre sí sin problema alguno. Podríamos decir que Dr. Slump influyó un poco en lo que serían las aventuras del pequeño Goku.

Jamás me voy a olvidar de cuando escuché los nombres de “Zero” y “Cachito”. Por más que quiero olvidarlos, me perseguirán hasta el fin de mis días.

Mucho del éxito que tuvo Dragon Ball en nuestro país viene del gran trabajo de doblaje realizado en su tiempo. Si bien existió una primera versión horrorosa, cuando en México se rehizo el trabajo desde cero pasó todo lo contrario. Fue así como las voces de Laura Torres (Goku), Bulma (Rocío Garcel), Jesús Barrero (Yamcha y Puar), Jesús Colín (Maestro Roshi), Rossy Aguirre (Krilin) y varios otros más artistas brillaron notablemente.

Cuando Goku llegó a la etapa adolescente, fue que vimos entrar en acción a Mario Castañeda, que con su inconfundible timbre de voz supo darle su propia personalidad. Como tal, el anime de Dragon Ball fue responsable de muchas alegrías no solo en la República Mexicana, sino en otros países del mundo. Es sin duda una de las partes más inolvidables de nuestra infancia.

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