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Pokémon Zubat, ¿esparce el coronavirus? ¡Alguien lo creyó!

Pokémon Zubat, ¿esparce el coronavirus? ¡Alguien lo creyó!

Un artículo falso del pokémon Zubat esparciendo el coronavirus (COVID-19) revela a editoriales científicas que publican cualquier tontería.

Esta es una de las historias más penosas que he escuchado en los últimos años en lo que se refiere a ciencia, y casualmente, relacionada a Pokémon. En especial, a un monstruo de bolsillo, Zubat. Pero mejor es entrar en detalles. El 18 de marzo pasado, la publicación científica American Journal of Biomedical Science & Research publicó un documento donde afirmaba que la criatura mencionada antes era culpable de esparcir el coronavirus (COVID-19).

El nombre de dicho artículo era Brote de COVID-19 en Ciudad Cyllage City vinculado al consumo de Zubat. Éste estaba plagado de referencias erróneas. Por ejemplo, que Bruce Wayne en Gotham Forensics Quarterly empleaba murciélagos para pelear contra el crimen, y que fue coescrito no solo por la Enfermera Joy de Pokémon, sino por House, MD. Este último es una alegoría del programa de televisión protagonizado por el Dr. Gregory House, encarnado por Hugh Laurie.

El pokémon Zubat, culpable de esparcir el coronavirus

Obviamente, cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de Pokémon y Zubat, así como de la cultural pop en general, de inmediato se daría cuenta de que el texto era un tremenda pifia. Pero el autor de éste, Matan Shelomi, que escribió a propósito esta serie de falsedades, reveló que cuatro días después de presentarlo, recibió un mensaje. Éste vino de la editora de American Journal of Biomedical Science & Research, Catherine Nichols.

Ella estaba muy contenta de informarle vía e-mail que “recibió comentarios de revisión positivos” y aceptaba la publicación de su texto. Shelomi, que escribe artículos falsos similares bajo el seudónimo de Mattan Schlomi, no es médico ni mucho menos. Es profesor asistente de entomología de la Universidad Nacional de Taiwán. La razón de la publicación de este tipo de escritos es para llamar la atención y denunciar malas prácticas de algunas empresas.

Documentos falsificados tomados por artículos genuinos

Con el paso del tiempo ha escrito documentos centrados en pokémon que van desde Pikachu a Porygon. Algunos pueden pensar que quizá los hombres de ciencia no saben mucho de esta franquicia de Nintendo. Pero sus artículos tienen claras señales de que son falsos. Incluyen comentarios como “una revista que publica este artículo no practica la revisión por pares y por lo tanto debe ser depredadora”. Pero no le han reclamado nada en ese sentido.

Es decir, son publicados así nada más, sin filtros ni control de calidad. Entre ellos están editoriales como BiomedGrid, que maneja American Journal of Biomedical Science & Research, así como OMICS y Longdom Publishing. Estas compañías aceptan cualquier tontería siempre y cuando los autores paguen las tarifas de acceso abierto, que van desde menos de $100 hasta varios miles de dólares. Es sin duda una situación aterradora, y desde luego, penosa.

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Editoriales sin escrúpulos e investigadores crédulos

Las “revistas depredadoras”, como las llama Matan Shelomi, son solo bitácoras caras, sin credibilidad alguna. Lo peor es que su texto del pokémon Zubat ya fue tomado como cierto por un físico de Túnez, que lo usó para respaldar sus ideas de que el coronavirus fue creado en laboratorio y que es tratado con hierbas. Incluso mencionó al Pokérus, la enfermedad que aparece en algunos monstruos de bolsillo, y que permite identificar al SARS-CoV-2.

Shelomi cuestionó a este investigador sobre cómo pasó esto, y él admitió que no leyó su documento que había citado. Es un peligro que algunos confíen ciegamente en ciertas publicaciones, sin cuestionar ni poner en duda lo que viene ahí. “No se debe confiar automáticamente en todos los documentos formateados como artículos científicos”, declaró Matan Shelomi. Vale la pena darle una buena leída a su artículo en The Scientist Magazine.

¿Y qué pasó con su documento en American Journal of Biomedical Science & Research? Pues no se publicó, pero no por ser falso. En realidad, fue porque no pagó la tarifa que le pedían.

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